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Orsay

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Jane Avril bailando

En esta litografía realizada con óleo diluido en 1892, tenemos el placer de ver a una de las musas de Toulouse-Lautrec, la gran Jane Avril, famosa bailarina del Moulin rouge.

Jane apareció en varias de sus pinturas y su estilo era tal que ella fue considerada como la encarnación de la danza para muchos de sus contemporáneos, esto también gracias a las diversos carteles y pinturas que hizo Toulouse de su amiga.

Toulouse describe una escena dinámica que refleja mucho lo que era la noche parisina en aquellos lugares del cual él era un gran admirador. Reflejando no solo lo divertido y festivo que era ir al Moulin Rouge o al Folies-Bergère, si no también que da a entender lo difícil que era para los interpretes o bailarines de Can can. Con su musa nos enseña el esfuerzo que conllevaba él bailar cada noche para desconocidos, pero también nos muestra a una perdona que no puede hacer otra cosa más que bailar y que a final de cuentas Toulouse la volvió inmortal. Toulouse apreciaba el lado oscuro de la ciudad, a é le interesaba su ambiente, sus amigos y la gente que conocía en los cabarets y bares de la ciudad.

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Tips

¿Quién era Jane Avril? Su vida comenzó como la hija de un peculiar matrimonio entre un aristócrata italiano y una cortesana francesa. Jane vivió una vida complicada debido a que creció siendo maltratada durante gran parte de su infancia. Ella fue reconocida por su estilo de danza energetica y frenética, por ello se le conocía como “La Mélinite”. Entre los muchos rumores que existían sobre ella esta el hecho de que elegía su ropa interior y vestido de acuerdo a cada uno de sus bailes. Toulouse-Lautrec y ella eran muy buenos amigos y de hecho el pintor siempre trato de explorar diversas facetas de la bailarina ya sea en lienzos o posters.

Uno de los personajes que se observa al fondo de la pintura es Warner, agente artístico del Moulin Rouge, quien después fue modelo de su litografía Un Ingles en el Moulin Rouge.

Toulouse- Lautrec es el precursor de utilizar el arte en un aspecto mucho más comercial, en este caso en el de la publicidad. El problema con este aspecto es que muchas veces estos carteles tenían que hacerse rápidamente, haciendo que muchas veces lucieran inacabados, pero estos estaban tan bien hechos que literalmente eran arrancados de las paredes.