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Orsay

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La bebedora de ajenjo

En el otoño de 1901, Pablo Picasso, un hombre de 22 años en ese entonces, pinto a una mujer bebiendo ajenjo durante su segundo viaje a París. La mujer parece estar completamente sola, bebiendo tranquilamente su bebida. Por supuesto la soledad no es algo nuevo, menos personas bebiendo solas en un café o bar. La diferencia es que, a diferencia de muchos de los pintores que recreaban estas escenas en el siglo XIX, Picasso no se vio en la necesidad de inyectar esa sensación de realismo desgarrador que a veces era rechazado por la elite, si no que logro presentar el drama a través de otros elementos.
Picasso mostro su propia versión de la realidad al mostrarnos a una mujer, sentada en un café, con un fondo en el que no se puede ver mucho por lo difuso que se encuentra; pero que a la vez crea una sensación de haber consumido absenta y pretende introducirnos a este mundo oscuro donde las mujeres tomaban no solo absenta, si no que otras cosas.
Lo importante es que Picasso logra introducirnos a la historia de esta mujer carente de lo que uno podría llamar clase o siquiera de atractivo físico, que repele un poco, ayudando así a que el espectador mantenga una distancia importante de la mujer representada en la pintura.

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Tips

A comienzos del siglo XX, el arte, específicamente el francés, tuvo un enorme interés por mostrar a los personajes que usualmente eran rechazados por las corrientes artísticas. La influencia más grande en esta etapa de Picasso es claramente Toulouse-Lautrec. La absenta era la bebida preferida de muchos artistas y esto se refleja en el trabajo de varios de ellos a finales y principios de siglo.
Aquí nos encontramos en el llamado periodo azul de Picasso, donde es evidente que el también consumía ajenjo. Algo curioso es que en esa época Picasso encontró sumamente difícil vender sus pinturas durante este periodo, más adelante estas pinturas se volverían las más famosas de su prolífica carrera, con sus excepciones claro esta.
Poco a poco Picasso ira adentrándose en el cubismo y cada vez ira desapareciendo esta necesidad de representar la realidad. Ya en esta pintura ha ido desvaneciéndose ese deseo, aunque los temas siguen siendo muy realistas, al igual que las emociones que se nos transmiten.
En esta etapa de su vida, Picasso se vio en problemas económicos ya que tampoco tenía trabajo, por lo cual se la vivió entre Barcelona y Paris en esos años, vendiendo como podía sus pinturas a precios bajos, aunque no tenía de otra.


Información práctica

Horarios

Martes, miercoles, viernes, sabado y domingo: 9:30 a 18 hrs.
Jueves: 9:30 a 21:45 hrs
Lunes cerrado.


Precios

14 euros Tarifa normal
11 euros Tarifa reducida.

Transporte

1 Rue de la Légion d'Honneur, 75007 Paris, Francia