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Vatican Museums

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San Jerónimo

Leonardo da Vinci, 1480.

No se sabe bien quién encargó esta obra y fue encontrada en dos partes e inacabada. Los inventarios de Leonardo mencionan que realizó varios San Jerónimos, aunque sólo este es el que han encontrado.

El tema es San Jerónimo en el desierto. Jerónimo se presenta como un penitente, ocupando el centro del cuadro con una postura bastante dramática, especialmente si analizamos el rostro, que consigue transmitir a un tiempo su sufrimiento y su espiritualidad. En un primer plano se extiende su símbolo, un gran león cuyo cuerpo y cola hacen una doble espiral a lo largo de la base del espacio pictórico.

El santo se encuentra a la entrada de una oscura caverna. El otro rasgo destacable es el paisaje esquemático de rocas escarpadas contra la que se recorta la figura. A su derecha hay rocas, mientras que a la izquierda se encuentra un paisaje caracterizado por un conjunto de cimas agudas, que apenas se perciben en la preparación verdosa de la tabla. Este escenario tan abrupto aporta a la pintura emoción y cierto misterio. El único vestigio de civilización que aparece en él es una arquitectura clásica, una iglesia, dibujada en la parte superior derecha de la tabla.

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Tips

*Esta obra es uno de los trascendentales encargos que recibió Leonardo en 1480, aunque nunca lo terminó, posiblemente debido a su marcha a Milán.

*Es una de las obras más enigmáticas de Da Vinci.

*Aparece en el inventario de bienes heredados por Salai, pintor renacentista italiano, discípulo y ayudante de Leonardo.

*Posteriormente pasó a manos de la pintora suiza Angelica Kauffman en Roma. Tras la muerte de Kauffman la tabla se perdió y tiempo después fue encontrada por casualidad y adquirida por el tío de Napoleón, el Cardenal Joseph Fesch.

*Se dice que Fesch encontró la tabla partida en dos, la parte superior en poder de un zapatero que la usaba como superficie de banqueta y la parte inferior como cofre. La obra resultó con graves daños, e incluso parte de ella fue usada, aparentemente, como mesa antes de ser rescatada y hasta cierto punto, fue restaurada.

*Tras la muerte del cardenal, el cuadro fue subastado y vendido varias veces, hasta ser reconocido y adquirido por Pío IX para la Pinacoteca Vaticana (1856)