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Orsay

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Orphée

Gustave Moreau pinto en 1865, en óleo sobre madera esta pintura llamada Orfeo o también conocida como Joven Tracia llevando la Cabeza de Orfeo. Este cuadro de estilo simbolista, extremadamente característico del arte que el artista practicaba. El deseo, inspiración y afición de Moreu por todo aquello proveniente de las leyendas de la antigua Grecia nos representa precisamente la muerte de Orfeo a manos de las mujeres de la antigua Grecia. Según la leyenda, la cabeza de Orfeo siguió cantando aún después de haber sido decapitada.

Moreau tenía la peculiaridad de que, a pesar de ser un pintor del siglo IX, a lo largo de toda su obra reflejo esta necesidad de comunicar las historias de diversos personajes mitológicos, en situaciones en los que los simbolismos dentro de la pintura tratan de reflejar momentos en la vida real. En este caso se puede interpretar como la muerte de la música o yéndonos mucho más allá, la muerte del arte. Aunque también en ocasiones la muerte era vista como un nuevo comienzo.

Moreau pretendía mostrarnos su interpretación de los momentos después de que Orfeo ha fallecido entre las manos y mirada melancólica de una joven. La pintura nos muestra un universo muy apegado a lo mitológico en el cual impera el simbolismo existente en los participantes y sus acciones.

Orsay


Tips

Moreau siempre deambulo entre el simbolismo y el romanticismo, sus influencias iniciales son las de Ingres, su mentor Chassériau y Delacroix, así como una fuerte influencia oriental sobre todo al hablar de la decadencia existente en muchos de sus cuadros y aunque no pinto cuadros religiosos o en general trataba de no hacerlo, si se vio influenciado por temas cristianos, sobre todo San Sebastián y La Piedad. Aún así siempre preservó una estética decadente que lo separo de otros artistas.

Moreau a lo largo de su vida siempre experimento utilizando los recursos más conocidos como el color y la línea, eso si, siempre buscando que sus obras tengan una expresividad inimitable.

Esta pintura fue presentada en el Salón de París en 1866, cuando Moreau la exhibió, tuvo que explicarle a la gente la pintura ya que mucha gente no sabía que es lo que quería expresar, aunque en realidad Moreau confundió un poco la historia.

Para Moreau el simbolismo era una reacción contraria a la realidad expresada en el impresionismo, queriéndose alejar de esta sensación burguesa que muchos pensaban que imperaba en el impresionismo y apegarse más bien a características mucho más parecidas a la literatura ya que la pintura ahora tendría que enfocarse en símbolos o interpretaciones del artista.