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Orsay

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Retrato del artista

Este autorretrato hecho en óleo sobre lienzo, y probablemente una de las pinturas más representativas de Van Gogh y su autorretrato más conocido, fue realizado en septiembre de 1899. Se cree que este fue su último autorretrato, aunque otros creen que el autorretrato donde sale sin barba es el último. Fue realizado poco antes de dejar Saint-Rémy-de-Provence y es parte de una serie de 5 autorretratos que realizo mientras se encontraba en el asilo de Saint Paul de Mausole donde el mismo se interno, después de su estadía en el hospital causada por un enfrentamiento que tuvo con Gauguin.

Este autorretrato es uno de los 46 que produjo en un periodo de diez años y en el, aunque se puede ver a un hombre que aparenta encontrarse saludable, también muestra a un hombre que tiene sus propios demonios y problemas. Aunque Vincent creía que la locura que imperaba en el lugar lo hacían pensar con más lucidez y claridad. Van Gogh se sentía seguro en este lugar.

Van Gogh pintó un gran número de autorretratos debido a que no muchas personas estaban dispuestas a posar para él y esto era algo que le molestaba ya que el retrato era algo muy importante en el mundo de la pintura. Van Gogh decía: “Pintarse uno mismo no es un acto anodino, se trata de una interrogante que, a menudo, desencadena los vértigos identitarios”.

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Tips

La carrera artística de van Gogh, tan sólo duro una década; pero fue muy prolífica. Cuando pintó este autorretrato, Van Gogh tenía tan sólo 36 años. Este autorretrato fue realizado en los últimos tres años de su vida. Y es precisamente este género, junto con los paisajes y la naturaleza muerta los favoritos a lo largo de la carrera del pintor. Muestra uno de los temas más importantes de la carrera de van Gogh, la cotidianidad, aunque los autorretratos son una mirada y un análisis más del propio artista hacia sí mismo y lo que lo atormentaba.

Van Gogh envió el cuadro a su hermano Theo, en una carta aledaña al cuadro escribió: "Necesitarás estudiar por un tiempo. Espero que notes que mis expresiones faciales se han vuelto mucho más tranquilas, aunque mis ojos tienen la misma mirada insegura que antes, o eso me parece a mí." Este autorretrato le gusto mucho a Van Gogh, a tal grado que quiso enviarla al Salón de los XX en Bruselas, sobre todo cuando Theo le dijo había una fuerte posibilidad de exponer.

Los remolinos que pueden encontrarse en la obra, sobre todo en el fondo, son un detalle que Vincent había probado a lo largo de su obra y que fue perfeccionado para este autorretrato.

Este cuadro llego al Museo del Orsay hasta 1986.