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Vatican Museums

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Capilla Sixtina

“Sin haber visto la Capilla Sixtina, uno no puede formarse una idea apreciable de lo que el ser humano es capaz de lograr". Johann Wolfgang von Goethe. Este es quizás el destino final de los Museos Vaticanos, lo que todos esperan ver porque realmente es algo único.

En 1475 comenzaron las obras de restauración de la antigua Capilla Magna perteneciente a la antigua fortaleza Vaticana del siglo XIII, con el objetivo de tener un nuevo ambiente con funciones religiosas y exaltase el triunfo de la iglesia, de ahí que sus medidas están basadas en el templo de Salomón de Jerusalén ( 40 de largo, 13 de ancho y 22 de alto). La nueva capilla palatina del palacio Apostolico sería conocida, incluso mundialmente, como Capilla Sixtina, debido al papa financiador: Sixto IV della Rovere. En 1482 fue concluida y el 15 de agosto de 1483, con motivo de la festividad de la Virgen de la Asunción, fue inaugurada y consagrada a la homónima Virgen. Actualmente las funciones religiosas de la capilla han disminuido bastante, pero su función principal es ser sede del Cónclave (bajo llave), es decir, la reunión principal en la cual se va a elegir un nuevo papa.
A lo largo de la historia, la famosa Capilla Sixtina ha tenido diferentes etapas de construcción, renovación y restauración. En primer lugar se lleva a cabo la estructura arquitectónica, la cual nos recuerda a una fortaleza medieval defensiva, proyectada por Baccio Pontelli y realizada por Giovannino de’ Dolci. La decoración interior tiene varios elementos importantes entre los que podemos destacar: por un lado, el suelo en estilo cosmatesco, pavimentación medieval a base de segmentos marmóreos reutilizados formando decoraciones geométricas típicas del siglo XV, en Roma principalmente, pensadas para las posiciones durantes las procesiones o eventos religiosos. Por otro lado, El coro (schola cantorum), en el lateral derecho, que presenciaba las celebraciones y acompañaba las plegarias a través del canto; y El tranco o muro divisorio, en mármol, del siglo XV, decorado con querubines que sujetan el escudo de armas de la familia della Rovere y balaustrada con 7 candelabros de oro; la función principal de esta división era la de hacer dos ambientes para separar al público de los clérigos. Y por último, y más importante, la decoración pictórica cuna del renacimiento, llevada a cabo en tres período diferentes:
Los Frescos de Sixto IV: llevados a cabo durante la intervención de restauración del papa Sixto IV della Rovere. Fueron realizados por un grupo de artistas, de un primer renacimiento, principalmente procedentes de Florencia y Umbría, como Perugino, maestro de Rafael, Sandro Boticelli, Domenico Ghirlandaio, maestro de Miguelangel, y Cosimo Roselli, Biagio d’Antonio y Luca Signorelli. Bajo la supervisión de dos teólogos papales, estos artistas, realizaron una serie de frescos homogéneos que empezaban desde el altar, en narración cronológica, hacia la puerta de acceso principal. Todas las paredes estaban divididas en tres registros; parte inferior cortinajes falsos, trampantojo, donde se colgaban los tapices diseñados por Rafael y sus alumnos; parte central, con las historias de Jesus, la derecha, protagonista del nuevo Testamento, en comparación con la historias del Antiguo Testamento protagonizadas por Moisés; la parte superior, dentro de exedras pintadas, 24 de los primeros papas de la historia de la iglesia. Sin embargo, la pared del altar se perdió con la intervención de Miguel Angel para el Juicio Universal. Mientras la pared del fondo se perdió por un fuerte temporal que derribó un arquitrabe. Los frescos fueron repintados y no son los originales. Por último, la bóveda se culminó con un cielo estrellado, de la mano de Pier Matteo d’Amelia, para dar una sensación de armonía.
La bóveda de Miguel Angel: Durante cuatro años, de 150-1512, Miguelangel (con treintaitrés años), por orden del nuevo papa Julio II della Rovere (sobrino de Sixto IV) renovó la estructura y frescos de la bóveda con la realización de 800 personajes divididos entre escenas del Génesis, parte central, historias de los héroes de la biblia, pechinas, y videntes de la antigüedad, laterales. El primer gran proyecto de pintura del artista, el cual había rechazado en un primer momento por su devoción a la escultura y no a la pintura, le dió la fama que tanto anhelaba.
El altar: la última renovación de la capilla Sixtina, y quizás la más sorprendente incluso para su autor, fue el Juicio Final de Miguel Angel que realizó entre los años 1535-41, es decir, durante 5 años, con unos 60 años. Una escalofriante visión miguelangelesca del juicio final descrito por el apóstol San Juan, basado en la Divina comedia de Dante y en las corriente filosóficas del Humanismo y Neoplatonismo. Además de un estudio profundo de la anatomía humana masculina. El fondo azul se divide en diferentes escenas formadas por los cerca de 400 cuerpos que rodean al protagonista del fin de los tiempos: Jesús.

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Tips

*En un inicio, cuando Miguel Ángel fue convocado para pintar la Capilla Sixtina, éste se opuso, pues las dimensiones del encargo le parecían intimidantes y, argumentando que se consideraba escultor, antes que pintor, dijo no al proyecto. Finalmente y como buen fanático de los retos, aceptó.

*Desde 1508 y hasta el otoño de 1512, Miguel Ángel trabajó solo en la realización de la obra, sin ayuda de asistentes.

*Aunque los frescos de la Capilla Sixtina han sido restaurados en algunas ocasiones, los expertos que realizaron el trabajo dejaron algunas pequeñas secciones sin limpiar, en específico alrededor de la escena de El Juicio Final, para que el espectador pueda apreciar el contraste entre el estado original de las pinturas y el que adquirieron tras la restauración.

*Antonio Paolucci, director de los Museos Vaticanos aseguró que el sudor, las escamas de piel y el dióxido de carbono exhalado por los asistentes a la Capilla Sixtina representan un gran problema para los frescos restaurados.