Vatican Museums

Los Fresco Florentinos

Los más grandes pintores del siglo XV de las áreas de Umbría y Toscana: Pietro Perugino, el maestro de Rafael, Sandro Boticelli, Domenico Ghirlandaio y Cosimo Rosselli, que dividió su trabajo en algunos casos con Biagio d’Antonio y Luca Signorelli, el último integrante del grupo de trabajo.
Esta empresa debe ser considerada fruto de una colaboración que los pintores se comprometieron a secundar, siguiendo un alinea común según las directivas del papa y sus consejeros teólogos y proyectando junto las importaciones generales de la decoración. Fue pactado que la pintura iniciarse a capite altaris, o bien encima del altar, aprovechando la estación invernal, del 1477, ideal para la técnica del fresco.
Las cuatro paredes se articulan en tres registros divididos por elementos arquitectónicos pintados, donde están insertados, partiendo de abajo, cortinajes pintados, los ciclos bíblicos y la Galería de los papas:
En el registro inferior los falsos cortinajes son amarillos o azules, los olores heraldicos de la familia de Sixto IV della Rovere y se dividen verticalmente por columnas adosadas pintadas y elegantemente deccoradas.
En el Segundo registro encuentra lugar la representación de dos círculos paralelos de historias dedicadas al Antiguo y Nuevo Testamento, derecha e izquierda, que partían del altar articulandose con perfecta sincronía hacía el ingreso. Los episodios están emparejados, uno entendido como anticipación, el otro como cumplimiento: Viaje de Moises en Egipto-Bautismo de Cristo, Tentaciones de Cristo-Hechos de la vida de Moisés, Vocación de los primeros Apóstoles-Paso del Mar Rojo, Entrega de las Tablas de la Ley- Sermón en la Montaña, El castigo de Coré, Datán y Abirón- Entrega de las Llaves, Testamento y Muerte de Moisés-Última Cena. La finalidad de los dos ciclos biblicos de murales fue reafirmar la plenitud de los poderes conferidos al Pontífice; Moisés en cuento guía del pueblo elegido prefigura a Cristo, nuevo guía en las enseñanzas, asó como la Leyde Moisés Encuentra realización en las enseñanzas evangélicas de Cristo, cuyo poder se transmite a Pedro y a sus sucesores.
El tercer registro se representa dentro de hornacinas pintadas los primeros papas de la historia de la iglesia. Antes de la intervención de Miguel Angel, la serie empezaba en la pared del altar donde en el centro se veían las figuras de Cristo y de Pedro, anillo de conjunción entre la fundación misma de la Iglesia y la transmisión de autoridad a los pontífices. Representa el inicio de la historia de la Iglesia y la primacía de Pedro. Por ello es natural que el programa iconográfico se concluye con la exaltación del obispo de Roma.
Según el proyecto decorativo originario, la bóveda fue concebida como un cielo estrellado: en un fondo azul se aplicaron esferas de cera dorada que a la luz trémula de las velas reproducía el efecto de la luz incierta de las estrellas en la bóveda celeste.
Estando la Capilla dedicada a la Virgen de la Asunción completaba la decoración un retablo realizado por el Perugino que representa la Asunción de la Virgen. Hoy en día en retablo se encuentra en estado desaparecido.